En las últimas décadas, la libertad de acceso a la educación y el concepto de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres ha matizado su significado, atento a la realidad compleja de la sociedad. Actualmente, la noción de igualdad de oportunidades educativas contempla cuatro facetas respecto a la Equidad: en el acceso a la educación, en la permanencia en él, en los resultados y en los beneficios
–A igualdad de estudios, el paro femenino siempre es mayor que el masculino. El paro universitario femenino duplica al masculino, aumentando según el tipo de estudios (1 de cada 4 ingenieras no encuentra trabajo, frente a 1 de cada 20 ingenieros)
–Salario, en la UE a igualdad de titulación y de puesto de trabajo, las mujeres ganan un 15% menos que los hombres.
–Presencia de las mujeres en puestos de responsabilidad, En el ámbito educativo, las mujeres son la mayoría del profesorado: hay un 80% de profesoras en preescolar y primaria que disminuye al 50% en secundaria; En la dirección de centros, hay un 51% de mujeres en los de primaria que disminuye al 30% en la dirección en secundaria
Estos datos, dejan ver que en lo que se refiere a la igualdad de oportunidades educativas entre chicas y chicos, se ha logrado en lo referente al acceso a la educación, a la permanencia en el sistema y a igualdad de resultados, pero que aún no se ha logrado la equidad cuando se hace referencia a los beneficios que reporta a chicas y chicos estos logros educativos. Aun hay que avanzar en el proceso de incorporación paritaria de la mujer a la sociedad, un proceso que hoy en día no se puede dar por concluido.
Entre las razones que figuran como motivo de que las mujeres no estén en los puestos de mando, se encuentran mayoritariamente las de carácter social, principalmente la necesidad de atender a la familia y las dificultades del entorno laboral. Si nos referimos a este último, sigue siendo patente que nuestra sociedad no es paritaria y que la principal dificultad para las mujeres es el machismo que continua imperando.
POLÍTICAS PARA EL FOMENTO DE LA IGUALDAD DE OPORTUNIDADES EN EDUCACIÓN
Si bien, como ya hemos descrito anteriormente en Europa se ha llegado a un trato igualitario en la escolarización, con una igualdad de oportunidades para chicos y chicas; cuando esto se traslada al ámbito laboral, continua habiendo una discriminación entre géneros, en lo referente al acceso al empleo, a la formación profesional y a las condiciones de trabajo, que exige la presencia de políticas para el fomento de la igualdad de trato a hombre y mujeres con Directivas del Parlamento y del Consejo europeo a este respecto.
Los aspectos en los que continúa existiendo desigualdad, se refieren a la vida económica y laboral; a la representación y participación en la toma de decisiones; al disfrute de los derechos sociales; a la vida civil y el cambio en los papeles y estereotipos de género. De ellos destacamos los objetivos a lograr relacionados con la educación y la formación y las consecuencias que tienen en la vida personal y social:
Como horizonte, tenemos que avanzar hacia un mayor equilibrio entre hombres y mujeres, en el que no exista la discriminación por razón de género, con una promoción de la igualdad de oportunidades de hombre y mujeres. Como estrategia para lograrlo, está el introducir en el curriculum educativo, como tema transversal, la igualdad entre los géneros y la formación explicita de los profesores en el principio de igualdad.
Entre las medidas que fomentan la igualdad de oportunidades de las mujeres está
En conclusión, pese a que Europa es uno de los lugares en los que hay una mayor equidad entre hombres y mujeres, aun es necesario avanzar en muchos terrenos. Como ya hemos subrayado antes, se ha alcanzado una igualdad de escolarización y resultados, pero no se ha logrado lo mismos en lo relativo a los beneficios de estos logros, ya que continúan existiendo estructuras que reproducen inequidades y estereotipos. Es por ello que no se puede dar por concluido el proceso de incorporación paritaria de la mujer a la sociedad, siendo necesarias aun estrategias positivas para mejorar el equilibrio entre hombres y mujeres. Queda asimismo constatado que las condiciones estructurales que llevan a una falta de equidad, son modificables con las políticas adecuadas.
Como punto final el camino en el que continuar avanzando está en el ideal de lograr un mundo más equilibrado, con mejores condiciones de convivencia y trabajo para hombres y mujeres, mejorando y avanzando en el reparto de las responsabilidades y tareas familiares, logrando que los espacios, los tiempos y los estilos laborales dejen de ser masculinos, para finalmente conseguir una presencia paritaria de las mujeres en el ámbito público y privado.
Fuente: MUJER Y EDUCACIÓN EN LA UNIÓN EUROPEA, Mercedes Muñoz-Repiso
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