La contribución de la Animación Sociocultural a la calidad de vida de las personas mayores, para “dar vida a los años” está en su finalidad de favorecer un envejecimiento activo, promoviendo su autonomía personal y su participación social, por ello sus objetivos y finalidades van más allá de preparar y llevar a cabo actividades que entretengan a las personas mayores.
Las claves de la animación sociocultural con personas mayores:
Los programas de animación sociocultural, tienen como finalidad la autonomía personal, el desarrollo, la relación, la participación, la convivencia y la creatividad de las personas mayores. En gerontología, tienen tres niveles básicos.
Para que la planificación resulte eficaz, la animación sociocultural debe de tener en cuenta los espacios, los recursos y el tiempo en el que se llevara a cabo; la intervención individual, grupal y comunitaria; la metodología a emplear y los objetivos a alcanzar (Capdevila, Programas de animación sociocultural)
Objetivos: elevar el nivel educativo y cultural; incidir en las carencias culturales; incorporar nuevos elementos de actualidad; fomentar la actividad y el estímulo y el interés, acercarse al patrimonio cultural, fomentar las respuestas y propuestas críticas.
Actividades: conferencias, charlas, coloquios, mesas redondas, cursos monográficos, debates, idiomas, visitas a museos, seminarios, audiovisuales, cine y documentales, recitales, conciertos, teatro, visitas a exposiciones….
Objetivos: realizar tareas manuales, creativas y recreativas; potenciar la imaginación, la capacidad artística y la estética; fomentar la interrelación humana y la integración grupal; recuperar la artesanía popular; favorecer el desarrollo psicomotriz y la coordinación mente-manos; desarrollar la capacidad lúdica, la espontaneidad, y el aperturismo hacia nuevas formas artísticas.
Actividades: pintura, macramé, alfarería/cerámica, repujado de estaño, dibujo, bricolaje, costura, marquetería, telar, miga de pan, cestería, muñequería, papel mache, esmalte…
Objetivos: recuperar la confianza, promover la conciencia de utilidad y autoestima, retrasar y combatir la aparición de limitaciones y carencias; lograr la distensión y la relajación frente al estrés; mejorar la expresividad, la flexibilidad y el equilibrio.
Actividades: yoga, relajación mental, gimnasia de mantenimiento, caminatas, natación, Tai-Chi, paseos, expresión corporal, deportes, psicomotricidad, rehabilitación, sofrología….
Objetivos: fomentar la interrelación humana, la comunicación y la amistad frente a la soledad y el aislamiento; favorecer el bienestar y la satisfacción personal; disfrutar de la naturaleza, el paisaje, la ecología; el entretenimiento creativo y posibilitador; conocer culturas, costumbres, artes e historias distintas; participar en la dinámica social, por una vida más humana de los ciudadanos.
Actividades: excursiones, viajes culturales, estancias en balnearios, fiestas de convivencia, voluntariado, participación ciudadana, actividades lúdicas, visitas culturales….
En resumen, después de la jubilación, tenemos la oportunidad de acercarnos o de retomar aquellas aficiones e intereses que por uno u otro motivo no pudimos desarrollar o a los que no pudimos dedicarnos durante la “vida productiva”. Esto nos abre las puertas de un ocio creativo y posibilitador que conviertan la “tercera y cuarta edad” en un tiempo de autorrealización y pleno de posibilidades. Los programas de animación sociocultural contribuyen a un envejecimiento activo, en el que continúen las relaciones, la vinculación y la integración y la participación social.
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